Las ganas de escapar de la rutina y sentir la naturaleza nos hicieron descubrir uno de los planes más especiales que hemos organizado cerca de Barcelona.
Os vamos a contar sobre furgonetas camperizadas, observación de estrellas y despertares mágicos.
Bueno … y sobre el buen comer, que eso se nos da bastante bien.
Un amigo nos habló de Campervaning, una joven empresa de Barcelona que se dedica a alquilar campervans con personalidad propia. Pero no son las típicas furgos aburridas con interiores de plástico blanco, no. Más tarde os hablaremos de ellas.
Antes de recoger la furgo, pasamos a comer algo por La Porca. Los que nos conocéis ya sabéis que es nuestra bocadillería fetiche.
Nos pedimos una Chuleton Swiss Burger (180gr carne de entrecot, bacon crujiente, salsa burger especial, lechuga, tomate, queso gruyere y emmental) y una Cerdo Teriyaki -actualmente fuera de carta- (baoburger de cerdo asado glaseado con salsa teriyaki, cebolla confitada con miso y miel, torrezno crujiente, rúcula y mayonesa japonesa de jengibre).
Ahora sí, nos citamos con Nacho y Laia de Campervaning, que nos entregan el vehículo y nos explican rápidamente las cuatro instrucciones necesarias para empezar a sumarle kilómetros a este plan.
La furgoneta es una Peugeot Boxer 2.3TDI 130cv de 2019 con pantalla táctil, mapas, bluetooth, control de velocidad, climatizador, cámara de visión trasera y las ayudas suficientes para hacer su conducción francamente confortable.
Dispone de una cama de matrimonio de 130×184 y otra más pequeña (sofà convertible) de 80×180 con sus juegos de sábanas, edredones y almohadas.
La cocina a gas, de 2 fuegos, va equipada con sartenes/ollas Bra de primera y utensilios para 4 personas, una nevera de 65 litros y una fregadera de grifo con depósito de agua de 60 litros.
El living tiene una mesa comedor extraible y un gran número de armarios donde almacenar los efectos personales. Hay varios enchufes (USB, 12v, 220v) y un sistema de calefacción estacionaria con una segunda batería. Todo ello rodeado de ventanas y una claraboya que hacen el espacio más luminoso y permiten que corra aire fresco.
En el exterior una placa solar de 150w, una ducha de agua caliente, lavabo químico y mesa plegable con sus 3 sillas.
Vamos … Que no les falta detalle.
Nosotros elegimos el modelo Lancelot, revestida en madera con una decoración mas otoñal y colorida que la Empordaneta (pese a ser mellizas, prácticamente).
Tras el intercambio de datos, nos dieron las llaves y salimos a la carretera, donde nos hicimos con las dimensiones de la Peugeot sin ningún tipo de problema.
El plan era salir de Barcelona y dirigirnos hacia la Serra de Castelltallat, un pueblecito de unos 60 habitantes situado entre Cardona y Manresa que pertenece a Sant Mateu de Bages. Como puntos de interés destacan la Iglesia de Sant Miquel, el Castell de Montedono (s.VII) y lo que más ilusión nos hacía visitar … el Observatori Astronònic de Castelltallat.
Construido en medio de un conjunto histórico-arquitectónico, está en una ubicación privilegiada, pues se sitúa sobre una colina a más de 900 metros de altitud y no tiene contaminación lumínica al estar alejado de los núcleos urbanos.
Llegamos con el tiempo suficiente para instalarnos, ordenar todas nuestras cosas y presenciar una puesta de Sol maravillosa antes de la hora en la que teníamos la reserva para la observación desde la cúpula.
Entonces apareció Toni Guntín, el astrónomo que dirige y gestiona el centro desde 2007.
Poco os contaré sobre la experiencia en el observatorio ya que no me gustaría desvelaros detalles. Sólo os diré que Toni nos hizo una charla introductoria que nos fascinó. Se nota que disfruta con su trabajo y su manera de divulgar te abduce en un asombroso mundo de galaxias y misterios.
Dicen que si una persona dedica 10.000 horas a un tema puede considerarse un experto. Él lleva 42 años dedicándose a esto, así que os podéis imaginar …
En la sala de exposiciones de la Rectoría, en la cúpula de 5.25 metros de diámetro o al rededor de la maqueta del Sistema Solar, ofrece distintas actividades tanto de día como de noche.
Tuvimos un cielo perfecto para la observación del firmamento. Una noche estrellada sin nubes, Luna nueva y una temperatura agradable que nos posibilitaron disfrutar de estrellas, nebulosas y planetas a miles de años luz a través de los potentes telescopios de los que disponíamos.
Toni nos dijo que hace tiempo leyó en un libro que todos tenemos un antepasado astrónomo. Si eso es cierto, seguro que algo despertará un ápice de interés en esta ciencia dentro vuestro. A nosotros, al menos, nos ha estimulado la curiosidad y las ganas de conocer que hay ahí fuera. Y sabiendo que somos una ‘anomalía’ en este basto Universo, nos hizo ver que debemos cuidar y proteger esta pequeña joya en la que el azar cósmico ha querido que vivamos.
Después de 2 horas de actividad, volvimos a la furgoneta para cenar. Teníamos preparada una jugosa tortilla de patatas y un delicioso queso Gouda de pesto verde, que entraron de lujo.
Al terminar, cuando todo el mundo se había ido, estiramos una gran manta sobre un campo segado y pasamos más de una hora deleitándonos con aquel increíble cielo, intuyendo los satélites artificiales que orbitan la Tierra y viendo con sorpresa como algún bólido cruzaba la atmósfera dejando la estela tras de si.
A las 7:30 de la mañana siguiente sonó el despertador. El Sol estaba a punto de salir. Así que encendimos el fuego, hicimos una cafetera y observamos como poco a poco el paisaje enrojecía a nuestro alrededor.
Con las montañas de Montserrat de fondo y un extenso mar de niebla que cubría el todo el territorio, nuestro astro se asomaba y despertaba la Catalunya Central. Podíamos contemplar el Montseny, el Parc de Sant Llorenç i l’Obac y gran parte de los Pirineus detrás nuestro. Hasta pudimos divisar el Tibidabo y las montañas de Prades cuando levantó la niebla.
Es muy complicado describir ese momento. Ni si quiera en estas fotos se puede apreciar la grandeza de ese amanecer.
Ya con los pies en la tierra y habiendo desayunado, nos pegamos un duchazo y recogimos todo para ir a dar una vuelta por Manresa, la capital del Bages.
En menos de 40 minutos ya teníamos la furgo aparcada a los pies de La Seu, una majestuosa basílica levantada por Berenguer de Montagut (el mismo arquitecto que diseñó Santa Maria del Mar en Barcelona o la Catedral de Palma de Mallorca).
Nos perdimos por su casco antiguo y fuimos a parar a Santa Rita, una vermutería perdida entre callejones con vistas al arco de la Plaça del Carme. Nos tomamos un vermut de El Bandarra y seguimos la marcha.
Nuestro próximo punto de avituallamiento lo encontramos en plena Plaça Major. Escondida tras la fachada de una antigua Farmacia, la Taverna 1913 nos sedujo con su carta repleta de tapas y platillos. Cayeron unas bravazas, unas croquetas de rostit y otras de bolets, aunque nos quedamos con las ganas de probar su ensaladilla rusa, que se había terminado.
Ha sido una experiencia única y seguro que repetiremos. Sin duda, es el mejor plan para acercarse a la naturaleza y comprender que si no valoramos lo que se nos ha regalado, pronto lo perderemos.
Tener la posibilidad de despertarse en lugares extraordinarios como los que hemos visto … no tiene precio.
Agradecemos a la gente de Campervaning las facilidades que nos han ofrecido. Podéis ver toda la información de sus furgonetas y tarifas en la web.
Y por último, felicitar a Toni de Observatori Astronònic de Castelltallat por el trabajo de divulgación que lleva elaborando durante todos estos años. Esperamos que sus charlas en las escuelas germinen en nuevos astrónomos.
Categorías: EXPERIENCIAS, PLANES